Vacaciones sostenibles
Vacaciones sostenibles
Llamamos turismo sostenible a todas aquellas actividades turísticas respetuosas con el medio natural, cultural y social, y con los valores de una comunidad, que permiten disfrutar de un positivo intercambio de experiencias entre residentes y visitantes.
El turismo es un sector que genera continuos beneficios, como bien sabemos en las islas, pero también tiene unas consecuencias medioambientales y sociales importantes, en ocasiones desconocidas para la población y que hay que tener muy en cuenta.
Hemos de recapacitar sobre las bases en que se apoya la mayoría del turismo actual: grandes cadenas hoteleras, la tendencia del Todo Incluido -que en concreto ha provocado auténticos impactos en la República Dominicana-, cruceros, masificación y sobreexplotación de las zonas costeras. Países como Madagascar, Nepal, Costa Rica o Ecuador, han demostrado que turismo ecológico produce grandes beneficios sociales y económicos para el país.
Tanto la ONU como la Organización Mundial del Turismo (UNWTO) y el Programa para el Medio Ambiente de las Naciones Unidas (UNEP) coinciden en algunos aspectos en relación al Ecoturismo, como son minimizar el impacto ambiental y social contribuyendo activamente a su conservación, aumentar la conciencia y respeto por el ambiente y la cultura mediante la educación y experiencias positivas del viajero siempre independientes o en grupos reducidos, repartir equitativamente los beneficios que genera reinvirtiendo en la conservación, y por supuesto en el respeto de los Derechos Humanos.
El objetivo principal es conseguir fomentar aquel tipo de turismo respetuoso con el entorno ambiental y social. No se trata de que todo el volumen de turistas se convierta a este modelo de viaje, porque sería algo inviable, pero se ha de fomentar al máximo, evitando el turismo de masas siempre que sea posible. Apostar por unas vacaciones solidarias y descartar los destinos turísticos que sean desastres urbanísticos, es clave para llevar a cabo un turismo sostenible y se ha de practicar en la medida de lo posible. Debemos considerar al menos los siguientes aspectos.
Medio ambiente. Hay que pensar qué tipo de transporte se usará. Los viajes en avión de larga distancia generan un importante impacto en forma de contaminación, y los cruceros pueden consumir hasta 2.500.000 litros de fuel en un día.
Economía. Debemos plantearnos si nuestro gasto impactará positivamente en la comunidad de residentes de nuestro destino o bien caerá en manos de corporaciones, o si el tipo de empleo que generará esta actividad será precaria para los trabajadores o reunirá unas mínimas garantías y protecciones.
Comportamiento. El viajero tiene que actuar de manera respetuosa y consciente, porque haciéndolo practicará un turismo sostenible y responsable.