Gestión de Residuos

Residuos

Gestión de Residuos

La gestión integral de residuos insular comienza a partir de los residuos obtenidos en la recogida llevada a cabo por parte de los servicios municipales de limpieza, así como de los depositados por la ciudadanía en los puntos limpios, gestionados directamente por el Cabildo. Cuando llegan estos residuos a las plantas de transferencia intermedias (distribuidas a lo largo de la isla) se hace una primera separación de los residuos, se acondicionan y se transportan a las diferentes plantas de tratamiento específicas para cada fracción de residuo tratada.

Ya en cada una de las plantas de tratamiento específicas para cada fracción (resto, materia orgánica, envases ligeros, papel, vidrio, film, RAEE, etc.) se hace un primer tratamiento que consiste en la selección, acondicionamiento y derivación hacia un gestor autorizado de los diferentes materiales reutilizables y/o reciclables contenidos en cada una de las fracciones. En concreto, la materia orgánica procedente de la recogida selectiva municipal, así como de las podas y jardinería, se valoriza como compost directamente en las instalaciones del Cabildo. Lo mismo se hace con parte de la materia orgánica recuperada de la fracción resto, de la cual se obtiene materia orgánica bioestabilizada con usos posteriores para jardinería o mejora estructural de suelos.

La parte de los residuos de la que no se consigue separar material para su posterior reutilización o valorización se transporta al vertedero, donde se entierra en condiciones de seguridad ambiental para evitar fenómenos posteriores de contaminación y conseguir el aprovechamiento energético obtenido de la captación del biogás generado en la celda de vertido.

Las líneas de trabajo a corto plazo de la gestión de los residuos en la isla de Tenerife se centrarán en el incremento de la cantidad de residuos recuperados de la fracción resto, el fomento de la separación selectiva en origen de las diferentes fracciones, la valorización del residuo recuperado especialmente en el caso de la materia orgánica y el fomento del establecimiento de empresas recicladoras. Todo ello con el objeto de convertir a los residuos en un recurso dando cumplimiento así a los principios de la economía circular y a los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

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