Un bosque comestible, un humedal y un barranco como centro de educación ambiental, entre las iniciativas del Ecoeje Birmagen-Añaza
Un bosque comestible, un humedal para depurar agua y reutilizarla para el riego o un barranco con vocación de convertirse en un centro de educación medioambiental son algunas de las iniciativas ya en marcha que se alinean con Ecoejes, un proyecto piloto en el que se ha delimitado un área geográfica que, por sus especiales características, permite emprender acciones que mejoren el entorno y las condiciones de vida, de empleo y formación de los habitantes de la zona.
El Ecoeje Birmagen-Añaza, el primero que se lleva a cabo en Tenerife dio a conocer sus primeros resultados en unas jornadas en las que participaron los coordinadores del proyecto, representantes públicos de los Ayuntamientos de El Rosario y Santa Cruz de Tenerife, así como investigadores, clústeres empresariales y entidades ecosociales trabajan concertando sus acciones durante el último año partir del inventario de oportunidades que ofrece el área incluida en este ecoeje.
Además de los proyectos citados, se dieron a conocer los estudios sobre movilidad sostenible -que plantea la implantación de los caminos escolares seguros, ente otras propuestas- o los productos de interés ecoturístico y la creación de un biodistrito. Todo ello, con la finalidad de “coser la herida producida en la última década entre la población y el territorio”, según destacó en la inauguración de las jornadas el consejero del Área de Sostenibilidad y Medio Ambiente, José Antonio Valbuena, quien reiteró el compromiso financiero del Cabildo de Tenerife con el Proyecto Ecoejes.
Además de las iniciativas ya en marcha, entre las que se encuentra la apertura de una oficina del Ecoeje en el distrito suroeste del municipio de Santa Cruz de Tenerife, por el acuerdo con dicho Ayuntamiento, todos los participantes insistieron en la necesidad de movilizar a la sociedad civil para que participe de manera activa en el proyecto como única vía de garantizar el éxito de este. Algo que ya han comprendido las iniciativas ecosociales asentadas en la zona, desde la Asociación Domitila hasta el Barranco Urbano de Añaza, sin olvidar Aldeas Infantiles, Ataretaco, el Barrio Verde de El Sobradillo o el Festival Rural Las Eras, de El Tablero, por citar algunas.
Como se recordará, el Ecoeje Birmagen-Añaza reúne unas condiciones óptimas para el desarrollo del proyecto ya que dispone de un excelente suelo agrícola; canteras como las de Montaña Birmagen, que son una oportunidad para la restauración ambiental y el desarrollo de equipamientos clave, un relieve geográfico que permite aplicar propuestas viables de energías alternativas y la depuración natural de agua, suelo industrial y rutas, paisaje y una incipiente infraestructura para desarrollar turismo rural.
Como ya destacó el consejero de Sostenibilidad y Medio Ambiente, “uno de los principales objetivos del Proyecto Ecoejes es la participación de la sociedad civil en la toma de decisiones”, encaminadas al aumento del nivel de empleo de la población, la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, el incremento de las fuentes de energías renovables, así como la introducción de la depuración de biológica de aguas, mejorar la recogida de residuos, hacer más sostenible la movilidad, mejorar la habitabilidad y la sostenibilidad de las edificaciones, mejorar la formación de la población que busca empleo, mejorar el clima social y de cooperación y participación.