La Universidad de Verano de Adeje aborda el autoconsumo eléctrico a través de comunidades energéticas
Desde la Unión Europea se está impulsado un cambio en el sistema de consumo energético que trata de situar al ciudadano en el centro y, para ello, favorece el autoconsumo mediante la instalación en los hogares de infraestructuras para la generación mediante energías renovables. Por ello, las regulaciones nacionales deben adaptarse para propiciar este cambio de paradigma, pero también es necesario concienciar e informar adecuadamente a la población. Precisamente con este objetivo ha sido organizado el curso de la Universidad de Verano de Adeje “Autoconsumo y comunidades energéticas ciudadanas en el ámbito municipal: realidad próxima o quimera”, dirigido por el catedrático de Física de la Universidad de La Laguna Ricardo Guerrero Lemus, y que se impartirá online desde mañana, lunes 19, hasta el próximo miércoles 21 de julio.
El curso cuenta con la participación de docentes de la Universidad de La Laguna como el propio Guerreo Lemus o José Francisco Gómez González y Benjamín González Díaz, entre otros, ambos del Departamento de Ingeniería Industrial, quienes se encargarán de aportar las nociones más técnicas y legislativas de la materia. Pero también contará con ponentes externos, como Raquel Moreno de la Rosa, jefa de Servicio de Eficiencia Energética y Nuevas Energías de la Dirección General de Energía del Gobierno de Canarias, quien informará sobre los pasos administrativos y plazos para poner en funcionamiento una instalación de autoconsumo en Canarias; y José Manuel Valle Feijoo, director de Relaciones Institucionales y de Innovación Tecnológica de ENDESA en Canarias, que aportará la visión desde las empresas generadoras.
Como explicó Guerrero Lemus en la presentación del curso, su objetivo es dar información técnica y jurídica para hacer que la idea de autoconsumo compartido dentro de la estructura de comunidades energéticas sea visto como algo sencillo y cómodo, algo que resulta de especial interés si se tiene en cuenta que del 70% de los españoles viven en comunidades de propietarios.
Para el experto, el desafío de organizar una comunidad energética no reside solo en lograr que cada vecino instale en su vivienda placas fotovoltaicas, ya sea de manera autónoma o a través de una empresa, sino poner de acuerdo a varias personas que no tienen porqué conocerse entre sí para que confíen entre ellos y compartan este recurso. En este sentido, señala que los tiempos del famoso “impuesto al sol” ya han pasado, pues fue derogado en 2018, y desde entonces la normativa está siendo muy beneficiosa para impulsar este tipo de prácticas comunitarias, con medidas como, por ejemplo, la exención del pago de peajes a la energía compartida.
De hecho, el especialista considera que actualmente países como España e Italia están muy avanzados y son innovadores en el ámbito normativo, pero también explica que es posible avanzar mucho más. Por ejemplo, señala que la Ley de Propiedad Horizontal cambió hace unos ocho años y ya introdujo algunas medidas para impulsar las renovables en los hogares, pero cree que sería necesaria una nueva modificación con más medidas como, por ejemplo, que sea obligatoria la instalación de este tipo de infraestructuras energéticas en todos los inmuebles, pues ahora solo lo es en los de nueva construcción o los que sufren reformas severas. Recordó en este punto que el objetivo que se ha marcado la UE en 2050 todas las casas posean estas instalaciones.
Impulsar el autoconsumo energético es, para Guerrero Lemus, una necesidad dese el punto de vista medioambiental, pero también puede suponer una medida de ahorro para las administraciones públicas. Así, reflexiona que en el municipio de Adeje hay, aproximadamente, unos 5 kilómetros cuadrados de lo que él denomina “cubiertas ociosas”, es decir, tejados sin ningún tipo de infraestructura de energías renovables. Si se utilizara una parte de esa superficie con paneles fotovoltaicos, se podría reducir la factura energética del municipio, que cada año asciende a unos 92 millones de euros.
Impulsando esta práctica, el papel de las compañías eléctricas no desaparecerá, pero sí se modificaría porque ahora pasarían a ser una suerte de “seguros”, entidades que asegurarían que el suministro se seguiría dando en determinadas situaciones como, por ejemplo, la noche, donde la ausencia de sol obviamente perjudica la generación de las placas fotovoltaicas.
Durante el curso también se informará de una experiencia piloto que se va a desarrollar en Adeje a través de la empresa spin-off de la Universidad de La Laguna Energy Research Intelligence Solutions (EnergyRIS) que dirige el propio Guerrero Lemus, mediante la cual se tratará de poner en marcha una de estas comunidades energéticas en un edificio municipal. Aunque todavía falta por calcular exactamente las posibilidades del proyecto, hay expectativas de que pueda abastecer a, al menos, un centenar de personas. La previsión es que el proyecto dure unos dieciocho meses, plazo suficiente para realizar todos los trabajos y comprobar que la comunidad, efectivamente, autosuficiente y viable. De ser así, su modelo podrá ser extrapolable a otras localidades.