La gestión y coordinación del proyecto Ecoeje Birmagen – Costa de Añaza
La demanda social actual requiere de formas de trabajo diversas, complejas, flexibles y dinámicas, que puedan adaptarse a las políticas sociales y económicas, generando soluciones de mayor eficiencia y efectividad, para afrontar los desafíos del desarrollo sostenible y para incentivar procesos de construcción colectiva que permitan una planificación territorial asentada sobre el paradigma de la sostenibilidad.
Se establece así una visión práctica basada en la gestión y elaboración conjunta, abriendo esta propuesta a un nuevo sentido de la gobernanza y a nuevos procesos de innovación con los principios de horizontalidad, transversalidad, co-responsabilidad, de mejora continua y de participación ciudadana. Esto implica configurar estructuras de gestión que realicen un seguimiento y una evaluación de los procesos (indicadores) asociados a los proyectos formulados, de tal modo que se garantice la capacidad de replicar aquellos sistemas que funcionen y de reajustar aquéllos que lo requieran.
El territorio es la unidad que mejor dimensiona los lazos de proximidad entre las personas, grupos, entidades sociales e instituciones, que pueden ser movilizadas y transformadas en ejes de actuación para el establecimiento de iniciativas orientadas al desarrollo, con la finalidad de generar espacios de construcción social. Para ello, se hace necesario iniciar programas de orientación dirigida al acompañamiento y asesoramiento de los agentes clave del territorio, tanto a nivel institucional para la adquisición de competencias derivadas de la transversalidad de la gestión (formación), como a la población habitante de la región en cuestión (punto de información), para facilitar la transferencia de conocimiento asociado a los procesos en curso y para informar de posibles nuevos modelos de desarrollo.
Desde esta perspectiva, la planificación territorial debe visualizarse como un itinerario que permita articular esfuerzos mediante la colaboración de todos los agentes involucrados: instituciones promotoras, entidades colaboradoras (públicas y privadas) y población participante. También se entiende que cualquier Plan de Desarrollo Sostenible no se debe abordar ni visualizar como un simple proceso estático de formulación o como un marco operativo que actúe sectorialmente, sino que debe discurrir a través de procesos dinámicos y abiertos en respuesta a las realidades presentes y futuras, con una marcada transversalidad entre agentes y actores, para que los cometidos sean integrales. Este hecho genera la necesidad inminente de una digitalización de los sistemas organizativos, permitiendo la gestión del conocimiento generado a partir del trabajo colectivo.
Tanto la potenciación de capacidades como la optimización de recursos constituyen un enfoque estratégico sostenible, que favorece la identificación de líneas de trabajo interinstitucionales comunes y que evita eventuales duplicidades a la hora de ejecutar proyectos. Esto hace imprescindible generar un marco técnico de trabajo colaborativo (adaptación de estructuras organizativas) entre los Servicios de las Administraciones Públicos que comparten objetivos y propósitos, así como entre éstas y otras entidades de carácter privado y/o sin ánimo de lucro.
Autor: Fanegada