El Cabildo trabaja con los municipios en el fomento de la Economía del Bien Común
El vicepresidente, José Antonio Valbuena, aboga para que Tenerife sea pionera en la implantación de un modelo económico y social basado en las personas
El Cabildo de Tenerife, a través del área de Medio Ambiente y Sostenibilidad, ha organizado esta semana una decena de talleres con colectivos de distintos ámbitos de toda la Isla, dentro del proyecto de economía sostenible Tenerife, Isla del Bien Común.
Las jornadas, conducidas por expertos nacionales de la Asociaciones Española y Canaria para el Fomento de la Economía del Bien Común (EBC), estaban dirigidas a personal y miembros de la comunidad educativa, empresas y asociaciones empresariales, personal de los ayuntamientos y organizaciones vinculadas, asociaciones vecinales, juveniles, culturales, ONG y público en general. Las actividades se desarrollaron en Adeje, Santa Úrsula, Los Silos, Los Cristianos, Santa Cruz, La Laguna, San Isidro y Candelaria.
El vicepresidente y consejero de Medio Ambiente del Cabildo, José Antonio Valbuena, hizo hincapié en el apoyo que está realizando la Corporación insular a los municipios para conseguir que Tenerife sea pionera en conformar un conjunto de agentes totalmente alineados con esta iniciativa e implante un modelo económico y social basado en las personas para ser declarada Isla del Bien Común.
Esta iniciativa persigue un nuevo modelo económico, social y político basado en valores esenciales recogidos en todas las constituciones democráticas, como la solidaridad, la dignidad humana, la justicia social, la sostenibilidad ecológica y la democracia, que permite sistematizar las acciones municipales desarrolladas en estas materias, planificar otras nuevas, y formar parte de una red de entidades que siguen un método ya desarrollado, evaluable por las instituciones y por auditores externos, que permite otorgar luego una marca diferencial a quien supera las distintas fases de una hoja de ruta bien planificada.
El proyecto Tenerife, Isla del Bien Común empezó a desarrollar su primera fase en 2017, que estaba dedicada a las empresas, las cuales están trabajando actualmente en grupos para la obtención y certificación de sus respectivos balances del bien común, un proyecto que se viene realizando en colaboración con la Cámara de Comercio provincial.
La segunda fase está destinada los Municipios del Bien Común, un movimiento que está firmemente asentado en el territorio nacional y países como Alemania, Austria, Croacia, Italia, Polonia y Suiza. Los Municipios del Bien Común de estos países han adoptado el modelo de la EBC como una estrategia de desarrollo municipal más solidaria, justa, sostenible, igualitaria, democrática y transparente. Implantar la EBC en un municipio es todo un compromiso por parte de los poderes públicos y de la ciudadanía para trabajar juntos por la mejora continua, estableciendo nuevos cauces de comunicación bidireccional y de participación de los habitantes del municipio, las empresas y organizaciones radicadas en él, en el diseño de un futuro común para todos.
Varios municipios de la isla ya han manifestado en los talleres desarrollados esta semana su interés en entrar a formar parte de los municipios del bien común, llevando mociones a los plenos municipales en este sentido y comenzando la metodología práctica para implantar la Economía del Bien Común.
Economía del Bien Común. La denominada Economía del Bien Común (EBC), que nació en Austria en 2010 y está avalada por el Comité Económico y Social de la Unión Europea (Dictamen ECO/378 -17/9/2015), ya se ha extendido por más de 30 países y se está abordando de lleno en España en comunidades autónomas como la valenciana, la andaluza o la catalana.
Supone una transición desde el paradigma imperante en los siglos XIX y XX, donde el principal objetivo ha sido el beneficio y crecimiento ilimitados por medio de la competencia entre empresas y estados, y bajo el supuesto de unos recursos naturales inagotables, hacia un nuevo modelo para el siglo XXI, también basado en la economía de mercado, pero donde prima la colaboración, la participación y la cooperación, y cuyo objetivo final es el bien común de todas las personas y organizaciones, sin olvidar el respeto al medio que nos acoge.
La EBC se construye de abajo a arriba, esto es, su éxito radica en la implicación de las personas individuales y de los actores económicos, sociales, educativos y políticos más cercanos a la ciudadanía, para seguir ascendiendo hacia niveles superiores, como son los municipios, el ámbito de gestión política más cercano a las personas.