El Cabildo elimina elementos contaminantes del subsuelo del Complejo Ambiental de Arico
El Área de Desarrollo Sostenible y Lucha contra el Cambio Climático, que dirige el consejero insular Javier Rodríguez Medina, ha adjudicado la obra de remediación de las surgencias del barranco de Guasiegre, una actuación que constituye una importante restauración de la zona.
Los trabajos, que cuentan con una inversión de 150.161,28 euros, responden a un nuevo enfoque de “gestionar los residuos de la forma más adecuada para que generen el menor impacto posible”, sostiene Rodríguez Medina.
El Cabildo de Tenerife, a través del Área de Desarrollo Sostenible y Lucha contra el Cambio Climático, que dirige el consejero insular Javier Rodríguez Medina, llevará cabo la eliminación de elementos contaminantes en el subsuelo del Complejo Ambiental de Tenerife (CAT), en Arico, con el proyecto de remediación de las surgencias (manantial originado por la aparición de aguas subterráneas) del barranco de Guasiegre, ubicado dentro de las instalaciones. Una actuación que constituirá una importante restauración ambiental de la zona.
Esta obra, cuyo comienzo está previsto antes de las fechas navideñas, con un plazo de ejecución de seis meses que se ha adjudicado a dos empresas diferentes por un total de 150.161,28 euros. La licitación se dividió en cuatro lotes consistentes, respectivamente, en el levantamiento topográfico, perforación de pozos de sondeo, perforación de pozos de extracción y canalizaciones para la extracción del lixiviado (líquido residual).
El objeto principal de la actuación es realizar pozos extractivos sobre la capa impermeable en donde se tienen ubicadas las bolsas del lixiviado, así como la realización de nuevos sondeos en la zonas con el objeto de ubicar estaciones de bombeo preventivo por si tuviesen lugar nuevas acumulaciones de lixiviado. Es importante señalar que este lixiviado, pese a ser un elemento contaminante, no ha alterado al acuífero, puesto que la capa impermeable existente impide que ambos caudales tengan contacto.
Rodríguez Medina explica que “esta situación se produjo porque cuando se construyó el Complejo Ambiental y la primera celda de vertido no existía la obligación legal de impermeabilizar el vaso de la celda; y así, conforme se iba rellenando y añadiendo residuos generaba de forma automática el proceso de descomposición que generan los lixiviados y que recogían a través de la cuenca más cercana, que es el barranco de Guasiegre”.
“Apostamos por la sostenibilidad de forma decidida y a gestionar los residuos de la forma más adecuada para que generen el menor impacto posible. Por eso no podemos permitir tener una celda de vertido que está generando lixiviados y que está afectando a un barranco. Por lo tanto, había que priorizar este asunto para acabar con esta afección ambiental”, remarca.