Di no a las bolsas de plástico
La cesta de toda la vida vuelve a estar de moda. Otra opción es llevar una bolsa plegable de tela en el bolso o bien acordarse de cogerla antes de ir de compras. Según el Worldwatch Institute, una bolsa de plástico puede tardar un total de 500 años en descomponerse.
Algunas razones para decir no a las bolsas de plástico:
- Se fabrican a partir del petróleo, un recurso no renovable, costoso, cada vez más escaso y responsable de la emisión de gases de efecto invernadero, es decir, del cambio climático.
- Su reciclaje no es rentable: cuesta 100 veces más reciclarlas que producirlas nuevas.
- La mayoría acaba en el mar o quemada en las incineradoras y en los hornos de cemento. Se han encontrado bolsas flotando al norte del Circulo Ártico y en lugares remotos del Atlántico Sur.
- Contaminan durante su fabricación y su incineración (dioxinas, cianuro…).
- Algunas están impresas con tintas tóxicas.
- Tardan entre 150 y 1000 años en descomponerse.
• Su dispersión en la naturaleza causa mortandad de animales en el medio terrestre y acuático. Las tortugas, los delfines o los cachalotes, por ejemplo, se las comen porque las confunden con medusas y calamares. Es cada vez más frecuente encontrarlas en cadáveres de animales marinos porque provocan el bloqueo, irritación o laceración del tracto digestivo y reducen la cantidad de alimento que los animales pueden ingerir.
• Son de fácil sustitución por sistemas tradicionales: bolsas de tela, carritos, cestas, de papel…
La bolsa de plástico es el producto estrella de nuestra cultura de usar y tirar, que malgasta grandes cantidades de materiales y energía para fabricar productos efímeros de un solo uso, muchas veces superfluos.