Vivimos en un mundo globalizado, sobre explotado. La población mundial se multiplica, los recursos siguen siendo prácticamente los mismos y la crisis ambiental se agudiza. Concienciar sobre este hecho y formar a una ciudadanía ecosensibilizada que se implique en la resolución de los problemas ambientales debe ser un objetivo a cumplir en un corto plazo. La educación ambiental es un buen motor para impulsar avances en este camino. Es una disciplina estratégica que persigue transmitir conocimientos y despertar la sensibilidad sobre los aspectos socioambientales pero, sobre todo, fomentar cambios en nuestras conductas para que sean más acordes con un consumo responsable y un desarrollo sostenible.